El vehículo en sí fue fabricado por estudiantes de la Escuela Secundaria de Helensvale, según las instrucciones que recibieron del Dr. Jun Jo, catedrático del Instituto de Sistemas Integrados e Inteligentes de la Universidad Griffith.
El prototipo prueba la viabilidad de un vehículo controlado por sistemas autónomos. El objetivo en sí es idealista, ya que según Jo aspira a que muchos usuarios compartan el mismo vehículo autónomo, para así reducir la producción e inversión en coches.
Lo cierto es que ya hay numerosas iniciativas de uso compartido de vehículos. La novedad con los coches autónomos es, según la visión de Jo, es que éstos llegarían cuando el usuario los necesita.
En una entrevista con The Register, el científico explica que "los coches autónomos podrán esperar al usuario cerca de su hogar u oficina, conociendo el horario de éste". Al subir al vehículo, el usuario acoplará su smartphone a éste, unificando información, coordenadas y funciones como cámara, GPS y giroscopio. El smarphone personal del usuario contribuirá además a cargar las preferencias de éste en cuanto a la ruta a seguir, incluyendo atajos, en lugar de usar el sistema de navegación genérica con que contará el propio coche.
El Dr. Jo espera que las mejoras que se irán incorporando al vehículo le permitan su lanzamiento comercial a futuro. El coche de la fotografía aún necesita varios meses de ensayos antes de poder ser utilizado en la vía pública. Por ahora, sólo ha realizado trayectos exitosos en una cancha techada de basquetbol.
